Incombustibilidad

El aluminio no arde, ni emite ningún tipo de sustancia tóxica.

Su punto de fusión es de 660ºC, una temperatura de fusión muy por encima de la de otros materiales de construcción, la cual se alcanza cuando el incendio está en una etapa muy avanzada.

Su incombustibilidad favorece en el caso de cubiertas y fachadas, porque el hecho de que se derrita el metal permite que el edificio “se abra” permitiendo salir el calor y humo en caso de incendio. Esto reduce la carga térmica sobre los elementos de carga de la estructura, ampliando el tiempo disponible para la evacuación del edificio, y facilitando la labor de extinción del fuego
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